La leyenda de los rallyes del Mundialito Canario

Un vistazo a una era mítica de los rallyes en las Islas Canarias

Érase una vez un deporte recién nacido (al menos en España) en el que se corría de manera casi completamente amateur, con coches que casi venían directamente de la cadena de montaje si es que no venían literalmente de la misma. Al principio se corrían con coches de hasta Grupo 4, compartiendo nomenclatura con los turismos y GT de circuitos. También corrían varios coches GT en rallyes, como era el caso de los Alpine A110, los Porsche 911 (y después el 911 SC) o el Lancia Stratos, que era en definitiva un prototipo con motor V6 de origen Ferrari Dino. Era una época ‘sencilla’ en muchos sentidos.

Después llegó la época brutal del Grupo B, que en la primera mitad de los ochenta maravilló, encandiló y asustó a partes iguales al mundo entero. Cuando la FIA decretó su fin, a raíz de varios accidentes mortales y sobre todo tras el accidente que se llevó a Henri Toivonen y Sergio Cresto en Córcega 1986, los Grupo B se quedaron sin lugar en el mundo. Fueron prohibidos en el Mundial de Rallyes, prefiriéndose los Grupo A (y cancelando además los Grupo S que se estaban planeando para 1987). Muchos de estos monstruos del motor seguirían sus días en el rallycross, donde su potencia y prestaciones venían como anillo al dedo. Otros encontrarían su lugar en campeonatos nacionales.

Y muchos de ellos, en concreto, volaron hasta Canarias. La mezcla de afición, grandes carreteras y mucho dinero disponible dieron lugar a una época maravillosa en el mundo de las carreras. Es la que se recuerda como el ‘Mundialito Canario’. Recordad por un momento que cada isla del archipiélago canario se recorre, en coche, en poco más de una hora. Sumando pilotos de cada isla, era más que posible ver coches de primer nivel del Grupo B, después del Grupo A, seguidos en el tiempo por los Kit Car y los World Rally Car. Es decir, tener en un territorio equivalente a una fracción de la Península coches de primer nivel, tanto de campeonatos nacionales como de nivel internacional, compitiendo con grandes pilotos. De hecho, tanto los Grupo A como los Kit Car y World Rally Car continúan allí, algunos guardados y otros apareciendo de cuando en cuando, mantenidos de manera casi impoluta pese al paso del tiempo.