Fiat Multipla: Simplemente inconfundible

El archiconocido patito feo de cuatro ruedas con algo de relación con el Lancia Delta

La primera generación del Fiat Multipla es un coche que ha pasado a la historia del mundo del motor y de ahí no va a haber quien le saque. Un coche que no dejó a nadie indiferente por su aspecto, fruto de hacer las cosas de manera muy diferente a lo habitual en lo que a conceptualización y diseño se refiere. Además es un monovolumen que, más de veinte años después de su lanzamiento al mercado, continúa siendo una opción muy interesante según qué necesidades tenga el usuario.

Lo habitual, cuando se diseña un coche, en el primer boceto, es empezar por lo que todos vamos a ver: el exterior del coche. Con la idea básica en mente, el diseñador esboza unas primeras líneas buscando el tamaño de cada uno de los volúmenes (frontal, laterales y zaga), el tipo de carrocería que pide el fabricante y las cotas que se estiman que tenga un coche de un segmento determinado. Hoy están mucho más condicionados al usar plataformas determinadas, de manera que ya hay unas dimensiones establecidas para cada parte al tener que alojar un chasis, configuración de suspensión determinada, posición del motor, etc. Esto implica que el trabajo es más ‘sencillo’, pero menos creativo en muchos casos, al haber que imponer además el lenguaje de diseño de cada fabricante.

Con el Multipla no fue así – aunque obviamente comparte lenguaje de diseño con los Fiat de finales de los noventa, como por ejemplo la dupla Bravo/Brava o el Fiat Coupé, un coche que iba sorprendentemente bien con su motor de cinco cilindros. Con el Multipla, empezaron al revés. Es decir, priorizando el interior. Se hizo asegurándose de que los pasajeros fueran en un entorno espacioso, cómodo y, sin ninguna pretensión de lujo o de ser un coche Premium, tener una buena calidad de marcha. Y en ese sentido, el Multipla fue un éxito rotundo. Contaba con dos filas de asientos con tres asientos (reales, no baquetas) en cada fila. Además gozaba de un buen espacio de maletero que, si se abatía la fila de asientos trasera, daba lugar a un espacio de carga envidiable.

Dado que delante también tenía tres plazas, cabían tanto el conductor como dos pasajeros o copilotos. Esto llevaba a que toda la instrumentalización se centraba no en una mitad como en un turismo habitual, sino en un tercio del vehículo. Cierto es que medía unos 3,99 metros de largo, 1,87 de ancho y 1,70 de alto, pero aún así condensar todos los instrumentos en un tercio del habitáculo cargaba mucho el puesto del conductor. Tanto el tacómetro (¡con el velocímetro desplazado al centro en lugar de estar delante del conductor!) como la caja de cambios, los instrumentos, la radio…todo condensado en un punto. Incluso había un pequeño compartimento, además de la guantera en el lado de los pasajeros.

Práctico, pero…

Feo. De narices, literalmente. Habrá algunos entusiastas que le encuentren algo de encanto a este morro, pero la solución de levantar la cabina para darle al conductor y a los pasajeros amplitud visual tuvo un efecto secundario. Dado que levantar el resto del coche hubiera repercutido de manera negativa en el reparto de pesos y en la estabilidad, se optó por añadir un ‘bulto’ o escalón en el morro que conectaba el frontal con el parabrisas. A nivel estético, es lo más característico de este coche y el por qué se ha ganado un hueco en muchas listas de ‘coches menos agraciados de la historia’. La segunda generación lo solventaba con un diseño mucho más estilizado. Ahora bien, sin esa ‘rareza’ en el frontal, el Multipla perdía personalidad y se convirtió, por así decirlo, en un monovolumen más, aunque no dejó de ser increíblemente práctico.

Top Gear (en su formato original, aunque ya con el icónico Jeremy Clarkson al frente del programa) llegó a nombrarlo como el coche más feo de 1999. El Museo de Arte Moderno de Nueva York llegó a exponer una unidad del Multipla, destacando sus inusuales proporciones. Y es que, además de la subjetividad que conlleva los gustos estéticos, el ‘escalón’ del Multipla no deja de ser una expresión artística, si bien la funcionalidad estaba por encima de lo puramente artístico. También aparecía el monovolumen de Fiat en la película Children of Men, con Clive Owen y Julianne Moore como protagonistas.

Para ser un diseño de una marca italiana, y más por aquel entonces, sorprende que arriesgasen tanto. Los diseños italianos eran conocidos (y siguen manteniendo esa reputación hasta hoy día) por ser, ante todo, placenteros a la vista, y esto…no lo era, sobre todo cuando se presentó al mundo. Esto no le frenó demasiado en su volumen de ventas, dadas las ventajas que ofrece más allá de lo estético. Ahora bien, la fórmula de dos filas de asientos con tres asientos cada una funcionó tan bien que los rivales tomaron nota, haciendo lo mismo años después Honda con su FR-V.

Mecánica

Con el Multipla se ofertaron dos motores. El primero de ellos era un 1.6 gasolina atmosférico que rendía unos 103 caballos de potencia y daba 144 Nm de par máximo. Pero quizás se sacaba más jugo de este coche con el motor JTD 1.9 turbodiésel. Al comienzo de su vida comercial, este propulsor daba unos 105 caballos, similar a su contraparte de gasolina. Ahora bien, en 2001 se aumentó la potencia a 110 caballos, volviendo a mejorarse hasta los 116 caballos de potencia en 2002. Esto lo convertía en un coche muy interesante para hacer viajes largos con hasta seis personas, como por ejemplo unas vacaciones de familia numerosa o familia ‘añadida’.

No era casualidad que tuviera parecidos con los Fiat Bravo y Brava, aparte de coincidir en la misma época. De hecho, es que compartían plataforma, la llamada C1 Sandwich, así como con el Marea y el Marea Weekend. Esta plataforma era la heredera de la plataforma Tipo 2, de donde salió la segunda generación del Lancia Delta (el que vino después del ‘rey de los rallyes’) o el Alfa Romeo 155 que tantos éxitos acuñó en carreras de turismos.

Si se mira en diferentes sitios online de compraventa de coches, podemos llevarnos una sorpresa agradable. Y es que el precio de las Multipla originales no se ha inflado como los de otros coches archiconocidos de finales de la década de los noventa. Es posible encontrar unidades de la primera generación con motores 1.9 turbodiesel por la horquilla de precio de entre 2.000 y 3.000 euros. Incluso hay unidades interesantes por menos de 2.000 euros, al menos en el territorio español en la actualidad. Ahora bien, estas cifras podrían cambiar teniendo en cuenta la escalada de precios que se está viviendo en el mercado de vehículos de segunda mano.