Ferrari ha dado un ejemplo de lo que debería ser una presentación de un nuevo monoplaza de Fórmula 1. Un evento como los que ya se echaban de menos, una manera de romper moldes para mostrar en sociedad el SF23 con el que tratarán de pelear por victorias y podios con el fin de recuperar los títulos de pilotos y constructores. Tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz han participado en esta presentación. También ha estado otro ilustre español en este estreno de Ferrari, el que fuera probador suyo años atrás Marc Gené – en la actualidad embajador de la Scuderia.
Y es que muchos, por no decir casi todos los equipos de la parrilla, se han contentado con una ‘sosa’ presentación. Es decir, un evento pequeño en el que se mostraba el monoplaza con la nueva decoración, a los pilotos con la nueva equipación y poco más que contar. De hecho, la tendencia en casi todos los equipos era la de mostrar no el coche de este 2023, sino el de la pasada temporada 2022. Alfa Romeo fue el único que cambió un poco esa tendencia por dos motivos: el primero de ellos es que sí que utilizaron su monoplaza de este año, el C43 – que llevará el mismo motor del Ferrari SF23. El segundo es que, como llevan haciendo varios años, lanzaron una decoración previa a la definitiva a modo de adelanto.
En definitiva, nos hemos acostumbrado a que, con la idea de recortar gastos y utilizar las redes sociales, nos quedemos satisfechos con simples imágenes de los monoplazas (que nunca muestran lo que realmente son) o los renders. O bien una presentación corporativa, sin apenas movimiento, como hizo McLaren un día antes que Ferrari. Red Bull/Alpha Tauri han dedicado gran parte del evento de presentación a mostrar ropa o merchandising, dejando casi a un lado la revelación de su decoración, dejando a un lado que Red Bull apenas ha variado su decoración en sus casi 20 años de trayecto en la Fórmula 1.
Pero lo cierto es que las presentaciones de coches nuevos eran otra cosa antes de que Internet fuera lo que es hoy. Eran festejos, eran declaraciones de intenciones. Muchos recuerdan con añoranza cuando, en 1997, McLaren realizaba una gran presentación con su nuevo patrocinador, West, volviéndose plateados y negros tras correr con los colores de Marlboro en los setenta, ochenta y noventa. Incluso llegaron a traer a las Spice Girls, entonces en la cúspide de su carrera musical, para actuar en directo. Diez años después también realizaron grandes presentaciones – en aquel 2007 que tanta polémica trajo entre Ron Dennis, Fernando Alonso y Lewis Hamilton. También Jordan o Benetton (actuales Aston Martin y Alpine) hicieron presentaciones fuera de lo común en aquellos años.
Ferrari, especial una vez más
Ya el hecho de contar con himnos cantados y mucha más parafernalia de lo habitual hace una presentación especial – aparte del hecho de que sea Ferrari. Ya hace unos años, cuando lanzó el SF1000 en el Teatro Municipale Romolo Valli en 2020, lo hizo a lo grande. Por desgracia, el coche en sí resultó ser uno de los peores en la historia de la Scuderia, incluso entrar en los puntos era complicado en algunos grandes premios.
Pero el detalle de preparar unas primeras vueltas en pista, mostrando el coche en directo y ante público real, es un detalle que se agradece. Nos recuerda que la Fórmula 1 es esto: mostrar acción, deporte, levantar pasiones, no sólo presentaciones corporativistas. El público real tenía sus propias gradas para animar a Leclerc a su paso con el nuevo SF23. Por los altavoces se escuchaba al propio Sainz hablando por radio a Leclerc.
En definitiva, esta presentación es una que se va a recordar con cariño durante mucho tiempo. Ferrari ha sido diferente a los demás en la Fórmula 1 en casi cada aspecto que se puede ser diferente – pero esta vez en el mejor de los sentidos. Ojalá otros equipos se animen a tener ideas más ambiciosas en estas fechas previas a la pretemporada y antes de arrancar una nueva temporada en el Gran Circo.
