Aston Martin Valkyrie: la obra maestra para la calle de Adrian Newey

Uno de los grandes hipercoches que resuena gracias a su V12 atmosférico

Pocos coches han creado revuelo en la historia desde su concepción como el Aston Martin Valkyrie, la gran genialidad salida de la mente del legendario diseñador de Fórmula 1 Adrian Newey. Se trata de un coche que escapa a todo tipo de sentido y que encarna la concepción de ‘hipercoche’, un vehículo que va varios niveles más allá de los ya de por sí espectaculares supercoches. De hecho, el Valkyrie quizás está en otro nivel: se trata de ofrecer en un coche de producción en serie las sensaciones que puede ofrecer un Fórmula 1 moderno.

Hablar de Adrian Newey es hablar de grandes éxitos de Fórmula 1. Ya a finales de los ochenta y principios de los noventa destacó con sus diseños en Leyton House/March, pasando a Williams, donde se juntaron todas las piezas para crear los FW14B y FW15C de suspensión activa que les dieron los títulos a Nigel Mansell y Alain Prost. Su último Williams, el FW19 de 1997, es el último Williams que ha logrado un título de Fórmula 1. Pasaría por McLaren continuando su racha de éxitos antes de fichar por Jaguar, que se convertiría en la actual Red Bull.

Tardaron en llegar los éxitos, pero desde 2009 Red Bull ha sido una de las grandes fuerzas de la Fórmula 1, logrando títulos consecutivos tanto con Sebastian Vettel como en la actualidad con Max Verstappen. La idea del Aston Martin Valkyrie sucedió cuando Aston Martin y Red Bull estaban aliados en el mercado, antes de que esta relación finalizara, la marca británica (tras la compra del inversor canadiense Lawrence Stroll) absorbiera el equipo Racing Point y el ‘Team Enstone’ se denominara Aston Martin.

Aunque Aston Martin y Red Bull avanzan por separado (estos últimos, tras unos años exitosos con Honda, se aliarán con Ford de cara a 2026). Ahora bien, todos los grandes diseñadores de Fórmula 1 están limitados por la propia normativa de la Fórmula 1, la cual restringe muchos conceptos (hasta 2021 el efecto suelo, descubierto en los años sesenta y aplicado en los setenta, estaba prohibido). Por tanto, en algún momento desean estar desencadenados y cumplir sus sueños. Es decir, su obra maestra, poder diseñar sin límites y conseguir una creación que les consagre para siempre.

Para Gordon Murray, ese coche fue el McLaren F1 fabricado entre 1993 y 1998 (ganador además de las 24 Horas de Le Mans de 1995 en su versión GTR). Un coche tan icónico que McLaren ha querido emularlo en varias ocasiones, pero quien más se ha acercado es el propio Murray con su actual firma GMA y el T.50, el cual lleva un V12 al igual que el McLaren F1. En lo que respecta a Newey, el Valkyrie es el coche que está llamado a ocupar ese mismo lugar. Es decir, uno de los coches más legendarios jamás vistos en la historia del automóvil, rivalizando cara a cara con el T.50 así como el Mercedes-AMG ONE.

Mecánica del Aston Martin Valkyrie

Al igual que los citados F1 y T.50, el Valkyrie contiene un V12 bajo el capó. En este caso hablamos de un 6.5 V12 desarrollado por Cosworth con sistema híbrido, el cual funciona igual que en los Fórmula 1 actuales. Es capaz de alcanzar los 1.160 caballos de potencia según cifras oficiales, estando acoplado a una caja de cambios automática secuencial de 7 velocidades. El par motor es de unos 900 Nm y la velocidad punta está estimada en unos 400 kilómetros por hora. Nada mal, teniendo en cuenta que el conjunto aerodinámico se encarga de que el Valkyrie tenga un gran apoyo en todo momento, yendo muy pegado al suelo.

Al ser un motor atmosférico, es capaz de girar hasta revoluciones muy altas, dándole un sonido característico que lo distingue de la norma actual con motores turbo. Un sonido a gloria para un coche cuyo nombre está relacionado con cánticos heróicos. Las valquirias, según los cantos heróicos que forman parte de la mitología nórdica, eran aquellas figuras que recogían a los héroes caídos en batalla y se los llevaban hasta Odín, el cual necesitaría a los más fuertes a su lado para luchar cuando llegase la hora del Ragnarok.

El Aston Martin Valkyrie es un hiperdeportivo de motor central, de modo que tan solo caben dos ocupantes en su habitáculo. Un coche que busca reducir el peso en la medida de lo posible, de modo que gran parte de sus componentes, tanto en la carrocería como en el resto del chasis y el interior están fabricados en fibra de carbono. No hay que olvidar que, pese a toda esta fibra y toda esta apariencia de coche de carreras, esto es un coche de producción en serie, capaz de rodar legalmente por carreteras. Tampoco es un ‘track-only’, limitado a uso en circuitos. Pesa unos 1.030 kilogramos en vacío, de modo que supera la mítica proporción 1:1 – es decir, de un kilo por cada caballo.

Al ser un coche de calle, cuenta con algunas bondades tecnológicas que vemos en otros coches más ‘mundanos’. Lleva sistema de navegación incorporado, sistema de audio, freno automático de emergencia si detecta peligros inminentes delante, control de crucero adaptativo y monitor de punto ciego – importante dado que en la posición de conducción del Valkyrie uno no tiene tanta visibilidad como en coches que vemos en el día a día. También incorpora una pantalla táctil con el sistema de infoentretenimiento de última generación de Aston Martin, así como los sistemas Apple CarPlay y Android Auto para emparejar smartphone y disfrutar de sus diferentes servicios.

Valkyrie AMR Pro

Si pensabas que con el Valkyrie Adrian Newey y Aston Martin habían tenido suficiente…error. Al igual que Murray hizo el F1 GTR como versión aún más extrema (al igual que ha ocurrido también con otros grandes superdeportivos, como el McLaren P1, el Jaguar XJ220 o el Lamborghini Diablo). En este caso hablamos del Aston Martin Valkyrie AMR Pro. Esta variante sí es exclusiva para circuitos, no estando homologado su uso en carreteras convencionales.

Esta variante prescinde del sistema híbrido del Valkyrie estándar, pero el motor 6.5 atmosférico ha sido preparado aún más por Cosworth, logrando extraer más potencia y ahorrando los kilos del sistema híbrido. También se retiran las ‘bondades’ para la calle del modelo del que precede para ahorrar aún más peso. Utiliza llantas de 18 pulgadas para poder alojar neumáticos Michelin de competición, los mismos que utilizaban los coches LMP1 del Mundial de Resistencia. Y es que el objetivo que tiene Adrian Newey, Aston Martin y Red Bull Advanced Technologies es que este coche sea capaz de dar la vuelta al circuito de La Sarthe, donde se celebran las 24 Horas de Le Mans, en unos 3 minutos y 20 segundos, equiparándose al tiempo por vuelta de un LMP1. Dicho de otro modo, un rendimiento y experiencia lo más próximo posible a un Fórmula 1.

Aston Martin ha pasado por un momento complicado, con un desplome de sus acciones en bolsa durante el año 2022 pese a la creación de una obra maestra como el Valkyrie, valorado en unos 2,77 millones de euros (3,26 millones de euros en el caso del AMR Pro). Ahora bien, con la creación de este Valkyrie (habiéndose vendido tanto las 150 unidades del Valkyrie como las 25 del AMR Pro) y del futuro Aston Martin Valhalla, que montará un motor V8 con sistema híbrido enchufable, sumado a los éxitos del equipo en este 2023 junto a Fernando Alonso, la marca británica parece que tiene la oportunidad de cambiar su suerte. Y lo hace creando uno de esos coches que marcarán época por mucho tiempo.