Cuando los Porsche 962 se convirtieron en coches de calle

Varios carroceros y fabricantes llegaron a reproducir el mítico coche del Grupo C como coche matriculable

Uno de los coches que más ha marcado la historia de las carreras de resistencia, o más bien de Sport Prototipos, es el Porsche 962. Fue uno de los Grupo C más exitosos dentro de una categoría que alberga algunos de los coches más gloriosos que han pisado Le Mans. De hecho, muchos de ellos están entre los coches más recordados en la historia del automovilismo a nivel general, provenientes de una época en la que el WSC (el Mundial de Resistencia de aquel entonces) fue capaz de rivalizar con la propia Fórmula 1 en términos de nivel de pilotos así como de popularidad.

En realidad, el 962 comenzó como una forma de hacer que el Porsche 956, el Grupo C original de Porsche, pudiera correr en la IMSA como GTP, puesto que su normativa no permitía correr al 956 debido a cuestiones de seguridad, pues los pies del piloto estaban adelantados con respectos al eje delantero. El 956 se pudo adaptar a la IMSA, al mismo tiempo que se desarrolló el 962.

El Porsche 962 continuó la saga de éxitos de la marca de Stuttgart que había comenzado con el 917 y prosiguió con los 935 y 956. Paradójicamente, aunque ganó muchas carreras y fue muy popular entre los equipos cliente, en sus inicios le costó despegar, siendo batido en Le Mans 1985 ante su antecesor, el 956. Cuando fue refinado, se convirtió en un arma muy efectiva tanto entre los pilotos oficiales como los diferentes equipos privados. Derek Bell, 5 veces ganador en Le Mans, aseguró que el 962 no solo era un coche muy rápido, sino que además era fácil de llevar.

Fue un coche muy popular con un total de 91 chasis fabricados a lo largo de su vida útil, entre 1984 y 1991 coincidiendo con la caída del Grupo C y el Mundial de Resistencia. De estos, en torno a una quincena fueron utilizados por Porsche a nivel oficial, siendo unas 75 unidades destinadas a equipos privados para que compitiesen en el WSC, Le Mans u otros campeonatos donde los Grupo C estaban permitidos – de hecho, sobrevivieron unos años más después de la desintegración de la categoría.

En la actualidad, Porsche corre en la categoría Hypercar del Mundial de Resistencia con su sucesor directo, el 963 – aunque no es un Hypercar sino un LMDh, utilizado también en carreras de la IMSA. Un coche que ha demostrado ser capaz de pelear por victorias y podios frente a rivales como el Toyota GR010 Hypercar, el Peugeot 9X8 o el Ferrari 499P, así como para sus rivales directos de la IMSA, el Cadillac V-Series R y el Acura ARX-06. De hecho, en estas 24 Horas de Le Mans 2023 tuvo oportunidades de llevarse la victoria tanto con las unidades del equipo Penske (es decir, las oficiales) y la unidad cliente de Jota, pero ni la fiabilidad ni la suerte con las condiciones cambiantes acabarían jugando a su favor.

De las carreras a la calle…lo que le sirvió para volver a ganar en Le Mans

De hecho, el Porsche 962 sólo ganó como tal en una ocasión en Le Mans, en 1987. El resto de años fue eclipsado por rivales como Jaguar, Nissan, Peugeot o Mazda. No obstante, en 1994 Jochen Dauer hizo una variante de producción (es decir, coche de calle) del 962 de modo que se contaba como coche GT1 en lugar de Grupo C. Con este arma, el Dauer 962, aprovechaba esta zona gris del reglamento para ganar las 24 Horas de Le Mans de 1994. Y en estas variantes en las que nos queremos centrar en este artículo.

Se unen tres factores: el primero de todos, la cantidad de unidades producidas, lo cual lleva a su vez a una gran cantidad de piezas de repuesto que Porsche estuvo fabricando durante muchos años. En segundo lugar, la cantidad de equipos privados que trabajaron con el Porsche que también desarrollaron sus propios elementos, tanto por necesidad de normativa como para hacerlo más competitivo, sobre todo en sus últimos años en campeonatos como la Interserie – también corrió en el primer año del JGTC, lo que ahora se conoce como Super GT. A todo esto se suma que el chasis de aluminio no era tan rígido como los equipos clientes deseaban que fuera, de modo que realizaron modificaciones o sus propias unidades construidas, como hicieron Kremer Racing o Holbert Racing. 

Otros llegaron a la conclusión de que un coche de carreras tan bueno también sería un gran supercoche en la calle. De hecho, la misma Porsche llegó a registrar un 962 prácticamente normal, tal como venía de carreras, con su propia matrícula con el objetivo de que rodase en carretera para un reportaje en una revista. Ahora bien, la altura de los faros, unido a otros factores, hubiera hecho a este coche ilegal en su propia Alemania natal.

Koenig

El primer preparador fuera de Porsche que quiso hacer del 962 un supercoche fue Koenig Specials (nada que ver con los suecos Koenigsegg), un preparador de carreras que también se encargaba de hacer preparaciones de coches de lujo europeos. De hecho, ya habían corrido con el 962 en años anteriores. Lo que hicieron con este coche fue cambiar la carrocería para adaptarla a las normativas en Alemania, además de instalarle un motor 3.4 en lugar del 3.0 visto en las versiones de carreras. Koenig Specials llamó a su creación el C62, fabricando varias unidades.

DP Motorsports

También desde Alemania, DP Motorsports convirtió tres chasis de carreras del 962 en sus DP62. En su caso, optaron por un motor 3.3 biturbo plano de seis cilindros, además de elevar la posición de los faros por la misma razón que lo hicieron los de Koenig.

Schuppan 962CR

De cara al mercado japonés, Vern Schuppan creó su propia versión, el Schuppan 962CR, tomando el mismo motor de carreras y elevando su cilindrada a 3.3, además de crear una nueva carrocería, quizás la más llamativa de todas estas variantes. La falta de presupuesto frenó la producción de este extraño coche, que aún así se vio en algunas revistas de la época tanto en Europa como en Australia. Se hicieron seis unidades, quedando cinco vivas (que se sepa) dado que una pereció en un incendio.

Dauer 962

Cuando Dauer utilizó un chasis de carreras para crear su propio 962, lo hizo tanto como coche de calle como de carreras, utilizando una nueva carrocería pero casi toda la mecánica del coche de carreras. Con la ayuda de Porsche y utilizando esa zona gris del reglamento, el Dauer 962 logró ganar en Le Mans como GT1. En su versión de calle, como no estaba sujeto a regulaciones de carreras, se le eliminaba la brida y llegaba a superar los 400 kilómetros por hora gracias a sus 730 caballos de potencia. Hasta la llegada del Bugatti Veyron, este era el coche de producción (muy limitada, pero producción al fin y al cabo) más rápido del mundo.

Derek Bell

El 5 veces ganador de Le Mans, quien logró ganar con el 962 en nada menos que 21 carreras, iba a tener una versión especial en su honor, pero sólo se llegó a completar una unidad de calle. El motor que utilizaba, en vez de ser el del 962, era el del Porsche 993 GT2 con nada menos que 580 caballos de potencia.

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