El Drift no es solo humo

Un vistazo a una de las disciplinas del motorsport quizás más subestimadas en el mundo

Dentro de las muchas categorías que existen dentro del amplio mundo del motorsport, hay algunas que no tienen la repercusión que se merecen – o que, incluso, algunos se olvidan que son disciplinas con campeonatos del mundo y un seguimiento de pilotos y equipos profesionales. No es el caso del Mundial de Resistencia exactamente, con cientos de miles de seguidores en todo el mundo, pero sí que le falta seguimiento en comparación con el nivel que tiene y las marcas interesadas, cada vez más entre Hypercars y LMDh. Pero sí se puede hablar en este sentido del drifting profesional, con campeonatos de la talla del Formula Drift Pro Championship, el Drift Masters European Championship o el D1GP procedente de Japón, diferentes campeonatos y formas de entender el deporte.

¿Qué es el drift? Obviamente, no hablamos de hacer el canelo (u otros calificativos similares) con un coche en modo poligonero, como muchos pueden hacerse a la idea. El drift va mucho más allá de eso, sobre todo cuando nos movemos a nivel profesional y uno se encuentra pilotos con técnicas muy refinadas y coches con una preparación exclusiva. De hecho, para los coches de categoría Open en campeonatos punteros se destina mucho, pero mucho presupuesto, además de horas de preparación.

Dentro de España también tenemos campeonato, la Drift Spain Series, donde se dividen los participantes en cuatro categorías: primero la Street, donde corren coches de serie (o mayoritariamente de serie), seguida de la categoría Élite, donde la reacción del público ante los derrapes contribuyen a la reacción de los jueces. Aquí participan tanto coches con tracción a las cuatro ruedas como prototipos, siempre y cuando cumplan con las medidas de seguridad necesarias para competir en drifting. A partir de la categoría Semi Pro ya encontramos una preparación profesional, lo que implica ver a coches de mayor potencia, incluso de más de 400 caballos en algunos casos y a veces hasta de 500 caballos de potencia. Por último está la categoría Pro, sin límite de potencia o de medidas de neumáticos.

En las categorías superiores, como la Pro de la Drift Spain Series, se pueden ver coches de más de 700, 800, 900…y más de 1.000 caballos, ideales para quemar ruedas a lo basto. Pero no se trata simplemente de quemar ruedas y hacer humo. Pensar que el drifting es sólo humo es quedarse sólo con la superficie. Cualquiera que haya probado a hacer drifting en un simulador – ya sea en simuladores de Assetto Corsa, en servidores dedicados al drifting, o las pruebas dedicadas a ello en Gran Turismo 7 – puede hacerse una idea de lo complicado que puede llegar a ser o la técnica que uno ha de tener para ser exitoso en el mundo del drifting. En los campeonatos se puntúan una serie de parámetros y aspectos que son los que deciden los resultados, sea en Japón, Estados Unidos o Europa.

¿Cómo se valora un drift?

En algunos simuladores uno puede hacerse una idea de cómo se valoran los derrapes en campeonatos. En primer lugar, la velocidad a la que se entra en curva, así como el ángulo en el que se toma la curva (más o menos perpendicular al vértice de la misma) son muy importantes. También se valora la técnica que se utilice en el derrape, así como que se pase por las zonas marcadas. De hecho, también se incluyó el drifting, con estos parámetros, en los FIA Motorsport Games, siendo los más recientes los que se celebraron a finales de 2022 en el circuito francés de Paul Ricard.

¿Qué coches suelen verse en el drift?

Ya sea en España o en otros lugares del mundo, hay una marca que sobresale especialmente para estas competiciones: BMW. Las diferentes versiones del Serie 3 (hablando también del M3), gracias a la resistencia de sus motores y las bondades de sus chasis, sus generaciones de larga batalla y suspensiones unidas a la tracción trasera hacen de estos coches monturas idóneas para el drift. Gran parte de las listas de inscritos en estas competiciones tienen al menos uno de los BMW Serie 3 de las generaciones E30, E36 o E46 (lo normal es que no sean M3, aunque también los hay), los clásicos que siguen siendo incombustibles con diferentes preparaciones, desde la más básica Street hasta Pro. También es posible ver algún E92, así como otros modelos de BMW, como el Serie 1 E82.

Los Nissan Silvia, tanto las generaciones S13 como S14, también son populares en el mundo del drifting por las mismas razones que los BMW Serie 3. Eso sí, en menores cantidades al existir menores cantidades y ser modelos que están muy cotizados, más en la actualidad que los precios de los JDM de este tipo se han disparado incluso más de lo habitual. También se ven otros Nissan como los 350Z y los 370Z, algunos Skyline GT-R, así como coches americanos como los Dodge Charger. Algunos de los Toyota modernos, como los GT86 y GR Supra, también aparecen en campeonatos internacionales de drifting, sobre todo en el D1GP.

Hablando de Toyota, uno de sus pilotos profesionales ha causado sensación este año en el mundo del drifting por diferentes motivos: hablamos del campeón mundial de rallyes Kalle Rovanperä, quien siempre ha tenido una especial afición por el mundo del drift. Su increíble habilidad al volante y control del coche y sus inercias, afinadas desde joven, han hecho que pueda ser rapidísimo en tramos de rallyes (va camino a su segundo título mundial con el GR Yaris Rally1) y ganar pruebas de drifting con diferentes modelos, como cuando venció en la Fórmula Drift Japan en Ebisu con un Toyota GR Corolla.

Ahora bien, hay que prestar mucha atención a lo que hay debajo del capó, no sólo al modelo en sí. Y es que en las categorías Pro, al permitirse swaps, existen determinados motores que se utilizan mucho al ser muy resistentes, pudiendo potenciarse hasta niveles espectaculares. Es el caso de los motores LS6 Small Block 5.7 V8 de GM o el LS3 6.2 Small Block procedente de los Chevrolet Corvette C6. Uno de esos motores que se han convertido en legendarios es el 2JZ del Toyota Supra de cuarta generación, el cual puede alcanzar los 1.000 caballos de potencia y no sólo se ven en los Supra, sino también en los Silvia y otros muchos modelos destinados a la disciplina. El 1JZ del Supra de tercera generación también se pueden ver en preparaciones de todo el mundo.

Lo cual nos lleva al sucesor del Supra, el GR Supra actual. Un coche criticado por muchos por ser, esencialmente, un BMW Z4 con carrocería coupé, con motor BMW, caja de cambios BMW electrónica BMW, etcétera. Y, casualmente, un motor, el B58 3.0 seis en línea, que se ha destacado por tener esa resistencia necesaria para preparaciones de alto nivel, como el 2JZ del Supra de antaño o los motores Chevrolet. Este B58 se ha montado en Toyota GR86 de drifting, un BMW Serie 3 F30 o un BMW Serie 2 F22, entre otras mezclas extremas, siendo capaz de superar los 1.000 caballos. Ya fuera por casualidad, por diseño o por ironías de la vida, el motor B58 ha resultado ser un digno sucesor del 2JZ en cierto sentido.

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