Cabeza de ratón o cola de león: Por qué la F1 no siempre es el mejor camino

Muchos pilotos que no 'cuajaron' en F1 se convirtieron en leyendas en otras categorías

Queda claro que la Fórmula 1 es el destino que toda persona que quiera ser piloto de competición se marca como máximo objetivo. No importa si el piloto en cuestión es hombre o mujer, viene de Europa, América, Asia, África u Oceanía…muchos de los que inician su carrera en el karting lo hacen para, cuando tengan los medios, las manos y la experiencia necesaria, pasen a las categorías inferiores de Fórmula (Fórmula 4, Fórmula 3 y Fórmula 2) con el objetivo de, si tienen la habilidad y sobre todo las carteras necesarias respaldándoles, puedan llegar hasta la categoría reina. Otros, por el camino, recalan en categorías de GT o resistencia, así como otros caminos como la Fórmula E, o bien se especializan en turismos para después dar el salto a otras disciplinas.

También están, por supuesto, los rallyes o el rallycross, donde se ha visto a pilotos de circuitos que han redirigido sus carreras deportivas o bien les ha picado el gusanillo de probar suerte en una disciplina donde la forma de conducir cambia de manera radical – incluso en rallyes de asfalto, no solo en tierra o nieve. Aún así, la Fórmula 1 sigue siendo la gran referencia y el gran espectáculo al que todo el mundo mira cada vez que es fin de semana de Gran Premio. Ahora bien, es una pecera muy pequeña en la que se quedan nadando los peces más gordos del mundo…o los que cuentan con las billeteras más gordas del mundo – es así ahora y lo ha sido desde hace mucho desde la proliferación de los pilotos de pago. Y, ante esta situación, siempre es bueno que haya alternativas.

Ya sea por el propio glamour de la Fórmula 1 o la representación mediática que se le da, a muchos se les olvida que la FIA, además de ser el máximo regidor (bueno, se supone) de la F1 lo es también del Campeonato Mundial de Rallyes, el Campeonato Mundial de Resistencia, el Campeonato Mundial de Rallycross o, desde hace unos años, el de la Fórmula E. Es decir, todos ellos tienen la distinción de ser la élite del automovilismo en sus respectivas variantes, el mismo peso a nivel deportivo pese a que desde el punto de vista mediático no sea así. Por tanto, no es descabellado pensar que existen situaciones en las que podría ser considerable tomar un camino diferente de la Fórmula 1 para estar en mejores condiciones o, para llegar de nuevo a la F1, tomar caminos alternativos.

He aquí una serie de casos en los que, en lugar de centrarse en Fórmula 1, algunos pilotos han conseguido hacer carrera en otros lugares. Lejos de la presión de los medios, del ruido, de los compromisos con los diferentes patrocinadores y contenido de redes sociales o de las especulaciones de las ‘silly season’, poder dedicarse durante años como pilotos oficiales, pagados y sin depender de patrocinadores y centrarse sólo en preparar carreras a lo largo del año.

De F1 a Le Mans y viceversa

El caso más reciente que tenemos de estas situaciones es el de Nyck de Vries: en 2019 fue campeón de Fórmula 2 para después ser campeón de Fórmula E con Mercedes, siendo un prospecto muy vigilado por los diferentes equipos y marcas – ya desde sus triunfos en la Fórmula Renault 2.0 allá por 2014, a la par que Carlos Sainz ganaba en la 3.5 antes de recalar en Toro Rosso. Al mismo tiempo que ocupaba el asiento reserva de Toyota en el Mundial de Resistencia, pudo probar para diferentes equipos de Fórmula 1. Tras su Gran Premio de Italia 2022, sustituyendo a última hora a Alex Albon y logrando puntuar con el Williams, consiguió un asiento en Alpha Tauri para 2023, uniéndose así al círculo de Red Bull. Un conjunto prometedor…que se deshizo prácticamente en las primeras carreras de la temporada.

El rendimiento del Alpha Tauri ya de por sí decepcionó, pero el del propio de Vries, propenso a errores y accidentes además de estar por debajo del ritmo de su compañero Yuki Tsunoda, evidenciaba que el holandés no estaba funcionando. El talento no podía haberse ido de la noche a la mañana, simplemente no estaban floreciendo los frutos esperados. Las mechas en el entorno Red Bull son cortas (particularmente la de Helmut Marko) y antes de su propia carrera de casa, fue echado del equipo. Tras meses de incertidumbre…Toyota lo asciende a piloto titular, encontrándose de Vries de dejar uno de los equipos del fondo de la tabla de F1 a poder disputar carreras y campeonatos con el equipo que lleva dominando el Mundial de Resistencia durante años. En 2024 pilotará el GR010 Hypercar, el favorito del campeonato y de las 24 Horas de Le Mans.

Otro caso paradigmático es el de Martin Brundle: debutó en F1 en 1984, casi dejándose un pie en aquel catastrófico accidente en Mónaco, pero continuó corriendo para equipos del fondo de la parrilla en la década de los ochenta. Decidió dejar la F1 a un lado para centrarse en la resistencia, encontrando un asiento en Jaguar con sus monstruosos Grupo C con motor V12 atmosférico. Fue campeón mundial en 1988 y ganó Le Mans 1990 con Jaguar, lo cual revitalizó su carrera y le llevó a un asiento en Benetton en 1992 junto a un emergente Michael Schumacher, logrando varios podios y casi alguna victoria. Incluso llegó a reemplazar a nada menos que Ayrton Senna en McLaren en 1994, pero por desgracia coincidió con el desacierto de contar con los frágiles motores Peugeot. 

Hoy día Brundle es conocido como comentarista para Sky Sports F1, pero su reputación dentro de la parrilla no sería la que es hoy de no ser por sus éxitos con los prototipos de resistencia que relanzaron su carrera a finales de los ochenta. Algo similar se puede decir de su compatriota británico Mark Blundell, cuya pole de Le Mans 1990 con Nissan es aún recordada por lo brutal que fue esa vuelta. Blundell se convertiría en un habitual de la F1 en los noventa, formando equipo con el propio Brundle y acumulando algunos podios.

Es cierto que Jacky Ickx o Derek Bell fueron pilotos de Fórmula 1, pero sobre todo se les recuerda por las gestas que consiguieron en Le Mans, pasando así a la historia como leyendas del deporte. Lo mismo se puede decir de André Lotterer (quien sólo disputó una carrera de Fórmula 1 y duró literalmente un suspiro), Emanuele Pirro, Allan McNish o uno quien ni siquiera llegó a disputar una sola carrera en la categoría reina: Tom Kristensen, a día de hoy el piloto con más victorias en Le Mans. Yannick Dalmas, Sébastien Buemi, Brendon Hartley, Kazuki Nakajima, Nico Hülkenberg, Johnny Herbert, Alexander Wurz o David Brabham son pilotos de F1 que han llegado a ganar en Le Mans, teniendo mucho más éxito que en F1. Se puede decir que Hülkenberg ha logrado un solo podio más en Le Mans que en todo su trayecto en F1.

Pechito López – quien ha sido ganador en Le Mans y campeón mundial de resistencia, pero se le considera aún mejor en turismos tras sus dominantes 2014-2016 con Citroën – o los españoles Antonio García, Miguel Molina y Albert Costa son otros casos de grandes pilotos, oficiales desde hace años (o que pudo debía haber llegado a la F1 en el caso de Costa) pero están lejos del imaginario de muchos españoles. Porque el motorsport no es sólo F1 – y, de hecho, muchos han decidido tomar otros caminos y tener carreras más longevas y fructíferas.