Lia vs el Hoonipigasus
El Hoonipigasus no es ‘un simple Porsche’, como uno puede imaginarse por su silueta. Su motor es un seis litros plano 4.0 como otros Porsche modernos, pero gracias a sus dos turbos la potencia se eleva hasta unos demenciales 1.400 caballos. Al igual que el Porsche 911 GT3 RSR de competición, el Hoonipigasus no lleva el motor por detrás del eje trasero (posición clásica de los 911 que le otorga su peculiar forma de conducir) sino que va montado en posición central como otros superdeportivos y coches de competición. Este monstruo rosa está construido por los especialistas BBi Autosport en conjunto con Hoonigan, el equipo/familia que se constituyó en torno a Ken Block. Tampoco es un coche de tracción trasera como muchos 911 sino que lleva tracción total, además de una caja de cambios secuencial de seis velocidades.
BBi Autosport es especialista en lo que respecta a Pikes Peak, habiendo logrado casi una decena de podios y cinco victorias de categoría en años anteriores. Ken Block no había competido allí desde la edición de 2005, cuando corrió con un Grupo N en sus inicios en el motorsport, antes de desatarse la locura de las gymkhanas. Esta misma locura le haría volver a Pikes Peak en 2017, cuando se grabó su película ‘Climbkhana’, subiendo hasta las nubes con derrapes que desafiaban a la lógica y a la razón.
Otro aspecto que llama la atención de este Hoonipigasus es la suspensión, contando con ajustes que se regulan automáticamente utilizando datos GPS y telemetría en base a los datos de años anteriores de la subida a Pikes Peak. Es decir, el coche tiene memorizado cada bache, ondulación y curva de las 156 curvas que se encuentran en los casi 20 (19,98) kilómetros de subida, con un cambio de elevación de 1.440 metros entre el punto más bajo y el más alto. Una suspensión activa que recuerda en cierto sentido a la del Williams FW14B con el que Nigel Mansell arrasó en la temporada 1992 de Formula 1, logrando nueve victorias y un merecido título para ‘Il Leone’ – un coche que volverá a rugir este año en el Festival de Goodwood, aunque en manos del tetracampeón mundial Sebastian Vettel.
Aún con todo esto, el Hoonipigasus no llega a la tonelada de peso en vacío, convirtiéndolo en un monstruo pensado sola y exclusivamente para conquistar esta prueba que a tantas y tantas personas atrae cada año. La espectacular aerodinámica del Hoonipigasus completa el conjunto para maximizar su paso por curva en una subida que ya en los ochenta y noventa, cuando aún se disputaba sobre tierra, se veían alerones y conjuntos aerodinámicos espectaculares (los fans de la saga Gran Turismo lo sabrán bien con el mítico Suzuki Escudo V6 Pikes Peak). Hoy día, la montaña entera está asfaltada.
Quien sabe si Ken Block podría haber conseguido la victoria con este ‘bicho’ en el pasado 2022. Por desgracia, un agujero en el motor antes de realizar las tandas cronometradas impidió al creador de las Gymkhanas (así como ex piloto del Mundial de Rallyes y del Mundial de Rallycross) poder optar a la victoria. Es un coche de la clase Open: es decir, casi sin normativa, como si fuera un Fórmula Libre o como fueron en cierto sentido los coches de la Can-Am en los años sesenta y setenta.
La aparición de Lia en el Hoonipigasus no será competitiva, una exhibición a modo de homenaje, pero sí tendrá mucho valor simbólico. Solo su hija, a la que ya hemos visto preparar coches clásicos y participar en Gymkhanas con coches de gran potencia, podría llevar este coche hasta lo más alto de la famosa montaña del estado de Colorado, ante la atenta mirada de miles de personas tanto in situ como en todos los rincones del mundo. Una forma de continuar el legado que comenzó Ken hace no demasiados años.