Lotec C1000: Cómo superar los 430 km/h en los noventa

Un coche limitado a un solo ejemplar con motor Mercedes de 1.000 caballos

Los años 90 fueron una de las eras más bonitas en el mundo del motor, tanto de coches de calle como en el automovilismo. Fue la era de los superdeportivos legendarios, los que siguen estando en algunos pósters colgados en habitaciones de adolescentes o no tan adolescentes. Ferrari, Lamborghini, Porsche, Bugatti, Jaguar y McLaren dejaron con la boca abierta a todos. Y otras firmas, marcas o garajistas quisieron seguir sus ejemplos y realizar obras de arte sobre ruedas. Este es el caso que nos atañe hoy, el del único y espectacular Lotec C1000 procedente de tierras germanas, aunque con mucha menos presencia que la marca de las flechas de plata, BMW o Porsche entre otras.

Lotec no salía de la nada, sino que ya entonces llevaba 30 años en funcionamiento. Procedente de Alemania, empezó en el mundo de la competición, corriendo en Fórmula Vee (que utilizaban la mecánica procedente del Volkswagen Escarabajo original) y fabricando barquetas para subidas de montaña. Esta barqueta utilizaba motor BMW, pero no se ‘casó’ con los de Baviera sino que también trabajó con material de Porsche durante la década de los setenta. En 1979 y 1980 ganaron la Inter-Serie alemana con el Lotec 681, que utilizaban el motor BMW M88 con 3,5 litros de cilindrada, el mismo motor que se montó en el BMW M1 así como en la primera versión del BMW M5 entre otros modelos de alto rendimiento de la marca en aquellos años.

También tuvieron éxitos los de Lotec en campeonatos japoneses, que por aquel entonces se centraron mucho en sport prototipos – siendo el campeonato estrella del país hasta la caída de los coches del Grupo C, lo que convirtió en estrellas a los turismos y dio lugar al JGTC, la antesala del actual Super GT. Ya en 1985 empezaron a trabajar en motores Mercedes, desarrollando motores turbo como realizaban en aquellos años otros preparadores para otras marcas, como Alpina para BMW, Koenig, Rinspeed o Gemballa.

Otro de sus grandes coches llegó a principios de los noventa, tras años trabajando en este proyecto: partiendo del Ferrari Testarossa, se llevó el motor a 750 caballos de potencia gracias a sus dos turbos y se cambió la carrocería por un kit alocado, diseñado por Colani, con un splitter delantero increíblemente largo. Este coche era el singular Testa d’Oro, seguido por el Lotec TT1000 que también se basaba en el Testarossa, si bien la parte trasera se inspiraba en el Ferrari F40. Tres Testarossa fueron convertidos al TT1000, que alcanzaba nada menos que 1000 caballos de potencia y unos 370 kilómetros por hora. Es decir, superaban incluso al McLaren F1 que apareció años más tarde, además de dejar bien lejos a los F40, Diablo, XJ220, EB110 o 959 de la época. Ahora bien, Lotec tenía aún pendiente su bestia con motor Mercedes…

Mecánica del Lotec C1000

El motor que se escondía debajo de la carrocería del C1000 – en posición central, evidentemente – era el Mercedes M119 V8 5.5 biturbo. Es decir, el mismo motor que propulsaba al Sauber C9, uno de los coches del Grupo C más exitosos del Mundial de Resistencia de aquellos años, ganando (con doblete) las 24 Horas de Le Mans de 1989, un año en el que arrasaron todo el año (ya habían ganado cinco carreras en 1988). Ya en el C9 desarrollaba entre 720 y 820 caballos de potencia según la configuración, soplando más el turbo en configuración de clasificación. De hecho, el C9 es uno de los coches que rompieron la barrera de los 400 kilómetros por hora en Le Mans cuando no existían las dos chicanes de las Hunaudières.

Pero en el caso del Lotec C1000 se fue más allá con el soplado de los turbos y de 820 caballos se pasó a 1.000 caballos de potencia. Como dato de interés, para que el motor funcionara como era debido se necesitaba combustible de aviación y nafta sin plomo. Al igual que el C9, el Lotec C1000 contaba con una caja de cambios Hewland de cinco marchas. Llevaba además frenos AP Racing procedentes del IMSA y…¡los faros traseros del Alfa Romeo 164! Esta práctica no era extraña entre los superdeportivos o coches derivados de la competición: por ejemplo, el Lamborghini Diablo, en el restyling con faros fijos, llevaba el grupo óptico delantero del Nissan 300ZX mientras que el Panoz Esperante GTR-1 usaba los pilotos traseros del Mazda MX-6.

También era un coche sumamente ligero, con un peso en vacío de 1.080 kilogramos. Esto fue gracias al uso extensivo de fibra de carbono en muchas partes del C1000. Lotec había trabajado en otras máquinas del Grupo C en años anteriores, como el C302 (que llevaba el mítico motor Ford Cosworth DFV procedente de la Fórmula 1 que también llevó el Tyrrell P34). Su sucesor fue el Lotec C190 que llevaba el mismo motor Mercedes del Sauber C8, el antecesor del C9.

Naturalmente, no estamos ante un coche normal. De hecho, fue un pedido especial, procedente de los Emiratos Árabes que pagó la cantidad de 3,4 millones de dólares de la época. Quería, en definitiva, un supercoche definitivo que superase los 400 kilómetros por hora de velocidad punta. Y, cuando este coche estuvo al fin completado en 1995, vaya si lo consiguió, dado que alcanzaba los 431 kilómetros por hora. O eso se dice, dado que nunca se llevó a corroborar al 100% y sólo se produjo una unidad, la que fue para el afortunado de los Emiratos. Más tarde, este coche ha cambiado de manos en algunas ocasiones, la última de ellas en este mismo 2023.

Por desgracia, el C1000 no lanzó a Lotec hacia el estrellato ni se produjeron más unidades del citado coche de motor Mercedes. Durante el resto de la década se dedicaron a hacer versiones tuneadas del Porsche 993. Su siguiente proyecto, en torno a 2000, sería el Lotec Sirius, un superdeportivo que montaba el mismo motor del Pagani Zonda (Mercedes M120 V12 6.0) que, con dos turbocompresores KKK soplando a 1,2 bares, llegaba a la desorbitada potencia de 1.334 caballos. El proyecto pintaba espectacular, pero el precio hubiera sido demasiado alto y se quedó en proyecto al no haber interés por parte de posibles compradores – eso sí, llegó a fabricarse al menos una unidad prototipo. Hubo una especie de ‘revival’ cuando se mostraron unos renders del coche en 2009 con estética renovada, pero se quedó en eso.

El Lotec C1000 es un ejemplo de lo que pequeños preparadores pueden llegar a realizar, aunque a diferencia de otros fabricantes su viabilidad comercial es mucho más limitada. En la década de los noventa pudimos ver otros coches que llegaban a superar la mítica barrera de los 400 kilómetros por hora. Un ejemplo de ello era el mítico Callaway Corvette Sledgehammer, basado en el Corvette C4 que también llegaba a 400 gracias a sus 890 caballos de potencia.

Menú de navegación