La experiencia
Los bólidos históricos se agrupaban en diferentes categorías, con deportivos de diferentes tipos compartiendo el trazado. Así, varios Alfa Romeo, DeTomaso, BMW, Lotus, Porsche o Ford deleitaban a los aficionados con su sonido, un sonido de los que se meten en las venas, de los que crean afición y muchas memorias. También había varios fabricantes ingleses, como Jaguar o MG, con algunos de sus modelos de carreras más icónicos – muchas de esas marcas hoy día, o bien han desaparecido, se han reconvertido o son partes de conglomerados extranjeros, lanzando productos al mercado más que aceptables, pero muy diferentes de lo que fue su esencia o filosofía.
Eso sí, los Fórmula 1 y Fórmula 2 anteriores a 1965 acapararon gran parte de las miradas, viéndose algunas monturas en las que compitieron leyendas del motor como Graham Hill, Bruce McLaren o Jack Brabham, entre otros. Chasis de marcas como Lotus (de hecho, estaba el Classic Team Lotus presente), BRM, Brabham, Cooper o Heron se dieron cita en el circuito andaluz que acumula casi cuarenta años de historia.
No sólo había clásicos rodando en el Jerez Historic Festival. También se daba cita los Supercars Endurance Series donde corrían coches GT4, TCR y otros turismos, con equipos de primer nivel como SMC Motorsport o Racar Motorsport, entre otros. También competían varias copas de Caterham (con los 420R provenientes directamente de Gran Bretaña, sin catalizador, y los 360R con especificaciones más cercanas a los de serie y matriculables en España) y los antaño conocidos como Midget Cars, coches carrozados con motor de motos Yamaha. En general, una amalgama de vehículos de lujo con mecánicas legendarias de diferentes épocas de la historia del motor. Por supuesto, los Ford GT eran la gran atracción, siendo la leyenda de Le Mans y el coche que más sonaba con su motor V8 4.9, del que ya hablamos en otra ocasión.
No sólo habían equipos grandes, sino también equipos modestos como Autoworks con su BMW M240i pilotado por los inseparables Borja Hormigos y Héctor Hernández (quienes ya destacaron en campeonatos nacionales en años anteriores representando a la marca bávara) así como los muchos equipos portugueses e ingleses, tanto con coches modernos como históricos. Era interesante ver apariciones como las del piloto tarifeño José Antonio Chico (habitual de la Clio Cup), quien corría con uno de los Caterham 360R de Hirundo Motors en esta ocasión.
Ver las carreras el sábado y el domingo casi fue el día y la noche. El sábado fue un día ‘típico’ de circuito: en el momento en el que aparece el sol, la sensación de temperatura se eleva de forma notable, de modo que uno tiene calor incluso en meses de otoño e invierno, precisamente lo que suele atraer a muchos equipos (incluso de Fórmula 1 o el Mundial de Resistencia) a la hora de buscar circuitos donde hacer test de pretemporada. Ahora bien, el domingo llegó la borrasca Bernard, con una tromba de agua que cayó entre las 10:30 y las 11 de la mañana complicándoles la vida tanto a los GT del campeonato ibérico como a los vehículos históricos de los años 80. No tanto a los GT4 por llevar control de tracción, sino a todos los demás que no lo llevaban.
Algo interesante de ver es que no sólo había acción en la pista, sino fuera de ella – algo imprescindible para montar un buen evento, más allá de las carreras en sí y hoy día imprescindible para que se llenen las gradas de los circuitos en España, algo que siempre ha sido tarea ardua. Durante todo el fin de semana, sobre todo el domingo, se realizaron eventos y actuaciones para animar aún más el paddock del Circuito de Jerez. Eso sí, la lluvia alteró los planes el segundo día, reduciéndose el número de actividades – las que, en comparación con otros campeonatos en el Circuito de Jerez, han sabido atraer al público.